Hasta mis sabanas huelen a cenizas. Como si el hecho de fumar quemara mis pulmones para no respirar. Para no seguir viviendo. La paz llega y dice adiós en un completo constante. ¿Qué debo hacer para callar estas voces? ¿Debo destruirlas por completo en esta llovizna helada? Me sigo repitiendo: era lo correcto, no había escapatoria iba a seguir falleciendo.