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No tengo que tener miedo, es inservible. Hay que dejar que todo siga su curso, enfocar mi mente y corazón y unirlos en una misma sensación. Disfrutar más, presenciar más, acariciar más; dejar que el tiempo se congele de a poco en cada movimiento que hacemos y borrar todos esos malentendidos junto con esas resonantes palabras que controlan a nuestros cerebros ya que nos dejan ciegos, nos dejan inmóviles ante las más minúsculas situaciones que presenciamos diariamente.

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Que no azoten más pesadillas en el alba de la vida Imágenes borrosas penetran mis sienes Y quiero romper con mis dientes todo hilo que nos une Porque ya está, ya fue Sos un simple vestigio  Que de vez en cuando quiere seguir en mi camino Y a lo lejos se escuchan versos cantados con tu risa maquiavélica Queriendo asustarme y deletreando palabras que intentan quebrarme pero  Para tu sorpresa ya no perteneces, ya no existis tu muerte fue prematura y estoy en paz al fin
Los segundos transcurren, no se detienen para nadie. Las estaciones pasan, los días pasan a veces sin darnos cuenta. Es algo distinto estar al borde de las alturas que estar frente a tu boca. No me contaron lo difícil que sería alcanzarla. Los minutos transcurren, no se detienen para nadie. Las motos pasan, la gente pasa a veces sin darnos cuenta. Es algo distinto estar a cuatro mil metros de altura que estar en frente de tu mirada. No me dijeron lo dificil que sería que me vieras.
Tu boca de terciopelo. Tan prohibida. La persigo en sueños de día. Mientras miro a lo lejos, deseando poder verte de nuevo aunque no estemos encaminados. De alguna cierta forma siempre volvemos a encontrarnos. Tus ojos con los míos... los tuyos tan lindos que quisiera nadar en ellos como si fueran un lago tibio en un día otoñal. Pasaría todas las estaciones del año a tu lado aprovechando cada segundo de tu aroma que me atrapa cada vez que nos citamos escondidos bajo un árbol dándonos amor.