Un día después de la multitudinaria movilización por Lucía, por tu hermana, por tu prima, por tu hija, por tu esposa, por tu mamá, por tu vecina, por tu tía, por tu abuela y por todas las mujeres me pongo a reflexionar acerca de los acontecimientos analizados y lo que más rescato es la unión.
Son momentos difíciles, estamos viviendo en una sociedad en donde en vez de tomarle el peso a las cosas hacen vista gorda y dan paso a un costado. Les preocupa más ver las paredes pintadas que un femicidio efectuado cada 30 horas. Me produce una sensación de vacío y bronca porque se lo que han sentido y sienten esas mujeres que se ven metidas en situaciones de maltratos de diferentes tipos. Porque me han lastimado tanto verbalmente como físicamente. Fui golpeada en medio de una discusión por mi primer novio aún lo recuerdo y lo tengo fresco en la memoria me quedé muda sin poder decir nada, sin poder gritar, con culpa de algo que no tenía nada que ver, manipulada en muchos sentidos. Pude salir de esa situación aunque no es nada fácil, otras que no pueden por el simple hecho en que hacen denuncias y sus voces no son escuchadas, otras que no llegan a alzar el teléfono y llamar... una tremenda indignación sin embargo nunca serán olvidadas.
Me gustaría vivir (aunque sea en sueños) en un lugar donde no haya miedo, que podamos andar tranquilas a la madrugada sin temor de que nos maten, violen y terminemos en un descampado, que podamos caminar vestidas como queramos por la calle y que no nos griten asquerosidades, que podamos subir a un medio de transporte y no nos sintamos incomodas por el simple hecho de que un hombre este detrás nuestro y a lo mejor quiera aprovecharse del momento en que nadie lo observa para darse el gusto de tocarnos el culo y otras terribles circunstancias en las que nos vemos implicadas a diario. Lo que más me repugna son los hombres y mujeres que se burlan de todo esto, va para ellos también la marcha de ayer principalmente; para esas personas marchamos, nos unimos en un solo grito para que se termine esta pesadilla de una vez por todas, que haya educación desde la cuna, que se enseñen los valores de respetar y cuidar al prójimo, de ponerte en el lugar del otro porque vivas nos queremos, porque somos mujeres fuertes, valiosas y valientes que nunca nos dimos por vencidas a través de los años y que seguiremos luchando juntas.
Son momentos difíciles, estamos viviendo en una sociedad en donde en vez de tomarle el peso a las cosas hacen vista gorda y dan paso a un costado. Les preocupa más ver las paredes pintadas que un femicidio efectuado cada 30 horas. Me produce una sensación de vacío y bronca porque se lo que han sentido y sienten esas mujeres que se ven metidas en situaciones de maltratos de diferentes tipos. Porque me han lastimado tanto verbalmente como físicamente. Fui golpeada en medio de una discusión por mi primer novio aún lo recuerdo y lo tengo fresco en la memoria me quedé muda sin poder decir nada, sin poder gritar, con culpa de algo que no tenía nada que ver, manipulada en muchos sentidos. Pude salir de esa situación aunque no es nada fácil, otras que no pueden por el simple hecho en que hacen denuncias y sus voces no son escuchadas, otras que no llegan a alzar el teléfono y llamar... una tremenda indignación sin embargo nunca serán olvidadas.
Me gustaría vivir (aunque sea en sueños) en un lugar donde no haya miedo, que podamos andar tranquilas a la madrugada sin temor de que nos maten, violen y terminemos en un descampado, que podamos caminar vestidas como queramos por la calle y que no nos griten asquerosidades, que podamos subir a un medio de transporte y no nos sintamos incomodas por el simple hecho de que un hombre este detrás nuestro y a lo mejor quiera aprovecharse del momento en que nadie lo observa para darse el gusto de tocarnos el culo y otras terribles circunstancias en las que nos vemos implicadas a diario. Lo que más me repugna son los hombres y mujeres que se burlan de todo esto, va para ellos también la marcha de ayer principalmente; para esas personas marchamos, nos unimos en un solo grito para que se termine esta pesadilla de una vez por todas, que haya educación desde la cuna, que se enseñen los valores de respetar y cuidar al prójimo, de ponerte en el lugar del otro porque vivas nos queremos, porque somos mujeres fuertes, valiosas y valientes que nunca nos dimos por vencidas a través de los años y que seguiremos luchando juntas.