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(Una carta que nunca mandé)

Santiago de Chile, 7 Marzo del 2018, 3 am

S.

Te busco en cada vagón del metro
En cada silueta y rostros fugaces
Anhelando verte
Aunque sea un segundo
Es como si la vida me condenara a contemplarte solo en sueños
Sabiendo que estamos a cuadras de distancia, en la misma ciudad
Respirando el mismo aire, con la misma vista hacia la Luna
El destino me castiga sin césar sabiendo que no puedo tenerte
Me duele hasta en lo más profundo de mi ser
Me duele tanto
El no poder abrazarte
El no poder besarte
El no poder sentirte entre mis brazos
El amor que te tengo es infinito y lo tendré hasta el día que me muera
No me importa nada
Soñaré hasta tenerte de vuelta en otra vida
Viviré hasta poder vislumbrarte aunque sea un breve instante
Te llamé
Hablamos te noté frío como si no te importara... te entendí
Ocultaste lo que una vez sentiste por mi, por orgullo
Te entendí... pasaron tres años y estás con otra
El verano del 2015 es como si hubiera sido ayer
A lo mejor en otra dimensión estamos felices juntos amándonos sin parar
A lo mejor en otra vida vivimos en el mismo barrio
A lo mejor te vea mañana
A lo mejor te vea algún día
Perdóname
Por haberte hecho llorar, por haberte hecho tan mal
Nunca tuviste la culpa de nada yo fui la ciega de no ver todo lo que me brindabas
Te mereces el cielo entero ya que siempre me amaste como nunca imaginé
El único
Te dejo libre
Te beso
Te despido
Te siento
Te escucho reír todavía del otro lado del teléfono

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Que no azoten más pesadillas en el alba de la vida Imágenes borrosas penetran mis sienes Y quiero romper con mis dientes todo hilo que nos une Porque ya está, ya fue Sos un simple vestigio  Que de vez en cuando quiere seguir en mi camino Y a lo lejos se escuchan versos cantados con tu risa maquiavélica Queriendo asustarme y deletreando palabras que intentan quebrarme pero  Para tu sorpresa ya no perteneces, ya no existis tu muerte fue prematura y estoy en paz al fin
Los segundos transcurren, no se detienen para nadie. Las estaciones pasan, los días pasan a veces sin darnos cuenta. Es algo distinto estar al borde de las alturas que estar frente a tu boca. No me contaron lo difícil que sería alcanzarla. Los minutos transcurren, no se detienen para nadie. Las motos pasan, la gente pasa a veces sin darnos cuenta. Es algo distinto estar a cuatro mil metros de altura que estar en frente de tu mirada. No me dijeron lo dificil que sería que me vieras.
Tu boca de terciopelo. Tan prohibida. La persigo en sueños de día. Mientras miro a lo lejos, deseando poder verte de nuevo aunque no estemos encaminados. De alguna cierta forma siempre volvemos a encontrarnos. Tus ojos con los míos... los tuyos tan lindos que quisiera nadar en ellos como si fueran un lago tibio en un día otoñal. Pasaría todas las estaciones del año a tu lado aprovechando cada segundo de tu aroma que me atrapa cada vez que nos citamos escondidos bajo un árbol dándonos amor.