La sensación de su cuerpo astral
Adentro mío
No se puede comparar
Ni con la vía láctea despejada
Ni tampoco con los ocasos rojizos
En pleno océano pacífico
Las caricias mundanas
Los besos cálidos como mis mejillas ruborizadas
Sus pies fríos buscándome
El regocijo de estar acostada en su pecho
Oyendo sus latidos frenéticos y a la vez pausados
El dulce sonido de sus gemidos
El sudor compartido
El cosquilleo onírico entre ambos
Junto a nuestra mirada encontrada por instantes prolongados
Me hace poner fuera de sí
Como si fuéramos amantes de otras vidas