Vuelvo de tomarme un rato para mí. Más bien una siesta conmigo. Leer bajo la hora dorada en la que el astro Sol baña los árboles cosa que me encanta y es un Julio extraño porque al principio pensaba que iba a estar helado pero ahora parece una primavera mezclada con un otoño enmascarado. Leía y los rayos besaban las estrofas de este pequeño libro de un recopilatorio de escritos de Rosario Blefari. Después de noches sin poder dormir bien dormí dos horas desde la una de la tarde hasta las tres y me levanté completamente renovada.