No sé si vale la pena
ser una victima más del ego
gritarle a todo el mundo por lo que transcurrí
en este verano que hasta llegó a tener tintes
entre lo tenue y oscuro
porque desconectaba de mi cuerpo
y el dolor de cabeza llegaba a ser exagerado
las palpitaciones fuertes sobrepasaban la piel
dramáticos
pero allá estaba mi alma
pidiendo a gritos o sollozos que la salvara
tantos daños dejándola en la interperie de la existencia por años
era hora de decir basta