Duele el dolor en todos lados
Duele la falta que harán las llamadas los domingos al mediodía
Duele el aroma que siguen en las camisas todavía
Duelen las risas que no escucharé
Duelen las lindas memorias de mi niñez en tu compañía
Duele ver toda la mesada de la cocina acomodada y las fotos pegadas con tus nietos en la pared de tu pieza
Duele el hecho de que no estés, de tus abrazos largos y tu sabiduría
Duele ver la cama vacía
Duele tu partida pero me quedo con todo el amor y la dulzura que me has dado en esta vida