Mi ciudad ya no es lo que era
su confortable toque al pisar las baldosas viejas de la estación Toesca se había ido
Ido, fugaz y danzante para no regresar a la andanza pequeña de surgir en el medio
de esta soledad divina que se ha transformador en mi sombra perpetua
ya nada es igual
y son preguntas que me hago inconscientemente mientras camino por la alameda
qué cambió? cambié yo? cambios y cambios
harta de la transformación constante mía y de lo externo que sigilosamente a golpes y sustos
tengo que acostumbrarme rápido de un si sin más preámbulos y aceptar
me cuesta aceptar porque muy adentro mío quiero cambiar y es tan irónico todo que me río sola por la linea 2 de Santiago