Desearía que mi mano fuera tu mano mientras acaricias tu pelo en las mañanas cuando abrís los ojos tempranamente o mientras preparas tu café. Anhelaría ser la lluvia que besa tus mejillas, como me gustaría poder ser el viento que suavemente roza tu piel. Me perdería horas y horas ahí. Y capaz o tal vez si pensaras en mi como yo lo hago sería una alegría casi fantasiosa. Hace tanto que nadie se desvive y odio profundamente que no puedas demostrar eso que sentís. No sé si te lo reprimís o realmente ni estás cerca de sentirlo verdaderamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.