En una tarde calurosa como todas las tardes de Septiembre tu vestido era celeste floreado y dabas vueltas con tu pelo al viento. Nos ibamos más lejos de los demás para que nadie nos mirara mientras deslizaba mis labios sobre tu boca. Han pasado años de esos momentos pero las memorias sobrevuelan en el aire ahora como me las imagino sobre todo tu ser hermoso. Seguro sigues siendo igual de preciosa aunque no haya tiempo ni el lugar fue magnifico el poder de tenerte encima mío moviéndonos y acabando al son del viento.

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