En sus ojos brilla el silencio
En su pelo suave habita alguno que otro secreto
En su dulce boca aparece la complicidad
Y en sus manos una pasión que ansiaba por mucho tiempo encontrarse con la mía
Ella, de cuerpo de ensueño y sonrisa sideral
Acobija mis miedos y me hace lugar entre sus brazos
Corazones nerviosos, sabanas desparramadas
Nos habitan entre sonidos y roces
Mientras que los jazmines de este hogar ajeno son fieles atentos
Hubiese querido que el tiempo se desvaneciera
Para poder seguir besándonos el alma y el espíritu
El alba se asoma azulada para teñirnos de una delicadeza
Que pocas personas tienen la oportunidad de presenciar
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